Ruth Ladenheim disertó en la UCES
El 25 de julio pasado tuvo lugar la I Jornada de Ciencias Empresariales y Sociales 2018, actividad organizada por el área de Posgrados de la UCES en el marco del Doctorado en Ciencias Empresariales y Sociales. La ponencia central fue protagonizada por la directora general del CIECTI, Ruth Ladenheim, quien abordó el tema “Escenarios desafiantes para el desarrollo científico-tecnológico en el contexto global actual”.
Ladenheim estructuró su ponencia en cuatro ejes: un breve repaso de los objetivos del CIECTI, un diagnóstico general de la estructura productiva argentina, la emergencia de tecnologías disruptivas y el surgimiento de nuevos paradigmas de desarrollo.
Comentó algunos de los documentos producidos por el CIECTI sobre Big Data, petróleo y gas no convencional y litio. Además, destacó que “cooperamos con la planificación estratégica institucional y gubernamental de instituciones como el INTA, desarrollamos planes provinciales de CTI para más de media docena de provincias argentinas, brindamos asistencia técnica al Ministerio de Ciencia en la elaboración del nuevo Plan Argentina Innovadora 2030 y evaluamos los programas de innovación tecnológica y desarrollo productivo impulsados por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento”.
Asimismo, indicó que “la aparición constante de tecnologías disruptivas, como la internet de las cosas, el Big Data, la inteligencia artificial y sus múltiples aplicaciones plantean desafíos de adecuación y, también, oportunidades a los procesos de innovación de los países”.
La bioeconomía
Entre las respuestas posibles que se plantean para el escenario argentino, destacó “las oportunidades que ofrece la bioeconomía, que emerge como un nuevo paradigma basado en los recursos naturales”. La definió como la “integración virtuosa de la biomasa, el conocimiento y las inversiones”. Precisó que “cuando hablamos de bioeconomía, estamos hablando de un gran abanico de oportunidades para generar empleo de calidad y fomentar la I+D”.
Sostuvo que “la biotecnología aplicada a la biomasa puede generar, hacia atrás en la cadena de valor, plantas a medida, mejorar la adaptación a un determinado clima, mejorar rendimientos o la calidad. Hacia adelante en la cadena de valor, la biotecnología industrial abre nuevos caminos mediante la creación de microorganismos y enzimas específicas, los biomateriales y las bioenergías. Esto genera oportunidades en sectores conexos, como el de la maquinaria agrícola”.
Dijo también que “la bioeconomía no solo se ocupa de las aplicaciones científico-tecnológicas, sino también de la innovación en los procesos, como lo plantea la economía circular”. Ejemplificó el tema con la integración de los cultivos de arroz y de la acuicultura del pacú, que potencian mutuamente su producción, disminuyen los costos de producción, generan mínimos descartes y mejoran el cuidado del ambiente.
Concluyó que “promover este cambio estructural nos permitirá avanzar hacia una economía innovativa, basada en ventajas naturales pero que genera encadenamientos, escalamiento productivo y mayor intensidad tecnológica”.