El CIECTI en Cerebro y Mujer II: Mitos, realidades y distintas perspectivas
En el marco de la segunda edición de Cerebro y Mujer, se realizó el 26 de noviembre un encuentro presencial en Tecnópolis que contó con la participación de Diana Suárez –investigadoras CIECTI- entre otras referentes nacionales e internacionales.
Suárez abordó las brechas de género desde tres cuestionamientos básicos: ¿Qué significa la brecha en ciencia y tecnología? ¿Por qué es necesario visibilizarla? Y ¿Cómo interpelar (nos) para lograr que se cierre? Hablar de brechas de género en la ciencia es dar cuenta que el conocimiento que se produce esta sesgado, no solo en los temas que se investigan sino también en los resultados y fundamentalmente en el impacto.
¿Por qué se producen las brechas? En primer lugar porque la participación de las mujeres en equipos de investigación y en la academia en general siempre es más baja en proporción a los varones. Si bien es cierto que se ha registrado un incremento de la participación, cabe destacar que dicho incremento se registra generalmente en la base y no en la cima de las estructuras. Por su parte, el rol que cumplen las mujeres hacia el interior de los equipos e instituciones durante los procesos de investigación también se mantiene sesgado y denota una cierta desigualdad. Los sesgos en los procesos de evaluación, en un ámbito masculinizado como es la ciencia, constituyen mayores obstáculos para la carrera de las mujeres y, por ende, traen como resultado una producción de conocimiento menos robusta y precisa. Otras de las cuestiones claves que alimenta la brecha de género es la falta de una comunicación clara y atravesada por la perspectiva de género de la ciencia en nuestro país.
Entonces, ¿cómo abordar un camino hacia la erradicación de la brecha? La investigadora del CIECTI hizo hincapié en tres puntos clave sobre esto. En primer lugar, sostuvo que sensibilizar sigue siendo fundamental y, por consiguiente, se torna necesario seguir sumando espacios de debate y reflexión. También, la transversalización toma un lugar importante en este proceso donde se propone pensar a la perspectiva de género atravesando cada una de las instancias de producción de conocimiento. Por último, sostener una agenda que siempre contemple la perspectiva de género –que piense en términos de las desigualdades sexo genéricas- y no una “agenda de género”.
Se puede ver el video completo ingresando aquí.
«Hablar y debatir de género no es solo una cuestión de eventos de género, también se debería poder interpelar estos temas en el chat del colegio, el grupo de fútbol y hasta el whatsapp familiar. Que la cuestión de género sea lo políticamente correcto». Diana Suárez