El CIECTI en los medios: cobertura del Seminario Internacional

Así cubrieron los medios el Seminario Internacional: “La CTI como eje de nuevos paradigmas productivos – Desafíos actuales para el desarrollo en la sociedad del conocimiento” que tuvo lugar el pasado 29 y 30 de noviembre de 2016.

El Economista: Debate por el impacto tecnológico

Jueves, 01 de Diciembre de 2016 09:11

El futuro del trabajo.

el economistaLa importancia del trabajo como mecanismo de inclusión y cohesión social en relación a la identidad y la soberanía fue el tema vector de la charla que brindó ayer Fabio Bertranou, director de la oficina de la OIT para el Cono Sur, en el panel “El futuro del trabajo frente al cambio tecnológico”, organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Bertranou construyó un panorama sobre la situación actual de la región y lo que se espera en un futuro cercano. “Frente al impacto de la digitalización en el trabajo surgen tres preguntas: ¿Se crearán más o menos empleos que los que se perderán? ¿Cómo será el balance entre la calidad y las características de los empleos? y ¿Qué respuestas políticas habrá que dar para regular el trabajo y la formación de los trabajos que aparecerán?”, sostuvo.
También expuso el físico y tecnólogo Andrei Vazhnov, quien en relación a la articulación entre empleo y tecnología afirmó que “el futuro ya llegó, pero no está equitativamente distribuido”.
Por último, Tomás Castagnino y Laura Converso, de Accenture Argentina, expusieron sobre las oportunidades y desafíos de la inteligencia artificial. “En la era digital los activos físicos pierden relevancia. Las que ganan son las empresas que se destacan por sus activos intangibles: la innovación, el diseño, los algoritmos y la creatividad”, aseguró Castagnino. “La oportunidad de la economía digital es potenciar el trabajo humano con la automatización, la innovación digital y la transformación del entorno laboral”, añadió Converso.

 

Agencia TSS UNSAM:  ¿Cómo cambiar la matriz económica latinoamericana?

Tres economistas especializados en el sector industrial debatieron sobre modelos de desarrollo y política tecnológica en América Latina. La brecha de productividad, la comparación con los países asiáticos, la trampa de la inversión extranjera y la necesidad de reindustrialización.

Por Bruno Massare
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Agencia TSS – El diseño de políticas de largo plazo suele ir a contramano de los tiempos de la política y su debate por lo general es invisibilizado por la coyuntura. El seminario “La CTI como eje de nuevos paradigmas productivos. Desafíos actuales para el desarrollo en la sociedad del conocimiento” —organizado por el Centro Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIECTI) y que se llevó a cabo en el Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia (C3) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCYT)— desafió ese destino histórico.

El panel “Ciencia, tecnología e innovación, y cambio estructural en América Latina” contó con la participación de tres economistas con una larga trayectoria en el campo del desarrollo industrial y la política tecnológica: Gabriel Palma, de la Universidad de Cambridge (Inglaterra); Jorge Katz, de la Universidad de Chile; y Mariano Laplane, del Centro de Gestión y Estudios Estratégicos (CGEE) de Brasil. Los tres abordaron la disyuntiva del desarrollo latinoamericano desde diversas perspectivas y no evitaron las disidencias en sus enfoques.

La presentación de Palma giró alrededor de la brecha de productividad, a la que considera el indicador de desarrollo económico y tecnológico más relevante. El economista chileno fue contundente al decir que “el panorama de América Latina no puede ser más desastroso” y comparó la magra evolución en productividad en la región desde los años ochenta con el veloz crecimiento que tuvo en los países asiáticos.

“Es curioso cómo se buscan ejemplos en países como Finlandia o Australia y se ignora a Asia, donde hay ciertos patrones que pueden asimilarse a los de los países latinoamericanos”, dijo Palma. Y agregó: “Si bien casi no hay país de América Latina que no haya crecido a tasas asiáticas en algún momento durante las últimas décadas, pareciera que no sabemos sostener ese crecimiento en el tiempo y ahí reside el desafío”.

Frente a este escenario, el especialista sostuvo la necesidad de una reingeniería en las economías latinoamericanas con énfasis en la reindustrialización. “La región abandonó la manufactura cuando en los años setenta no había lugar en el mundo con mejor posición para ser la plataforma manufacturera global. Hoy, la reindustrialización no es un tema menor, sino que es de una complejidad infinita, sobre todo si observamos la pérdida de industria manufacturera en otras partes del mundo no asiático”, dijo Palma.

“La inversión extranjera nunca nos sacó de los problemas y solo sirvió para la repatriación de utilidades, para generar inestabilidad en las economías regionales y para financiar oligarquías rentísticas y depredadoras de los recursos naturales”, dijo Palma.

El economista de Cambridge habló del “arrastre” que genera la manufactura cuando es el motor de la economía sobre otros sectores, como el de servicios, algo que no ocurre, según él, cuando se privilegian loscommodities. También criticó a lo que llamó “la idealización de la inversión extranjera, porque nunca nos sacó de los problemas y solo sirvió para la repatriación de utilidades, para generar inestabilidad en las economías regionales y para financiar oligarquías rentísticas y depredadoras de los recursos naturales”.

Hacia el final de su exposición, Palma rescató como algo positivo la gran capacidad para generar empleo que tiene América Latina —a la misma velocidad que el PBI, aseguró—, aunque consideró que esa facilidad también actuó como una suerte de estímulo negativo para la necesidad de reformas de fondo en la matriz productiva. “Brasil generó 30 millones de empleos desde los años ochenta, pero muchos en servicios o precarios, con poca capacidad de crecimiento en términos de productividad”, dijo. Y criticó la histórica baja inversión privada, en la que considera que el Estado debe jugar un rol más activo como regulador: “En América Latina, apenas un 10 % de lo que se lleva el 10 % más rico vuelve en forma de inversión productiva. Esto es bajísimo en términos internacionales”.

El modelo de quienes manejan la economía

El segundo turno en las exposiciones fue para el economista argentino de la Universidad de Chile Jorge Katz, quien buscó diferenciar las visiones neoclásica y evolucionista de la economía, ya que “implican la forma en que se mira el desarrollo económico”. Y agregó: “El primero busca generar un sistema de equilibrio, mientras que en el mundo evolucionista hay creación destructiva y transformación estructural”.

Alineado con este último, Katz hizo una breve periodización del desarrollo latinoamericano, en el que diferenció una primera etapa de “crecimiento hacia adentro” y una segunda de “crecimiento guiado por el mercado”, caracterizado por un proceso de desindustrialización que se produjo a partir del agotamiento del modelo industrial, con lo que se generó un retorno a las ventajas comparativas naturales, que desembocó en el escenario actual.

“La falta de política industrial de largo plazo y la comoditización de la estructura productiva han sido una constante”, dijo. Se refirió también a la frase del exministro de Economía Domingo Cavallo, sobre que “no hay mejor política industrial que la que no se hace”. Según Katz, “no es que Cavallo sea mala persona por haber dicho eso, sino que fue educado así, con ese marco analítico de equilibrio general que aprendió en Harvard. Y es el modelo que tienen en la cabeza quienes hoy están manejando la economía en la Argentina”.

Katz, que también es director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la CEPAL en Santiago de Chile, retomó el tema de la divisoria entre visiones más y menos ortodoxas sobre la economía. “Un diagnóstico macroeconómico que busque el equilibrio financiero sin una pregunta sobre la estructura productiva no va a permitir salir del esquema de los recursos naturales sin procesar. Estos recursos nos abren una nueva ventana de oportunidad en el ámbito de lo que llamamos las industrias basadas en ciencia, con una profundización tecnológica hacia el centro de la sociedad”, dijo.

De izquierda a derecha: Gabriel Palma, Mariano Laplane, Fernando Porta y Jorge Katz, durante el seminario del CIECTI en el Polo Científico de Palermo. Foto: Prensa MINCYT.

Para Katz, “tenemos que encontrar cuál es el modelo que cada país puede tomar y hace falta un Estado que invierta en un sector como lo hizo, por ejemplo, el finlandés en la industria de celulosa y papel, con una contribución de entre el 40 y el 60 %”.

“En países como la Argentina hay industrias como la textil, la de calzado o la de electrodomésticos que sin protección no podrían sobrevivir”, sostuvo Katz. En contraposición, resaltó que hubo casos como el del sector primario agrícola que, en la Argentina, llegó a un nivel de productividad cercano a la frontera internacional.

“Pero, si quito esos sectores atrasados, no me alcanza para el pleno empleo”, dijo Katz ante una pregunta de Fernando Porta, moderador del panel y director académico del CIECTI, con respecto a si una economía como la Argentina podía satisfacer la demanda de empleo con solo especializarse en el procesamiento de recursos naturales. El economista de la CEPAL agregó que “cada caso debe estudiarse en sí mismo porque no hay una teoría general de la industrialización”. También polemizó con Palma al afirmar que “no hay que idealizar la estructura productiva coreana” y, ante una pregunta del público sobre qué valor le atribuye a iniciativas como la de ARSAT, dijo que “se trata de una estructura de subcontratistas y proveedores de servicios de tal valor que justifica una política industrial allí mismo”.

¿Paradoja brasileña?

La tercera exposición estuvo a cargo del economista argentino —radicado en Brasil— Mariano Laplane, quien, si bien se mostró de acuerdo con buena parte de las críticas de sus colegas a las economías lationoamericanas, reivindicó ciertos aspectos que definió como “paradojales” en un supuesto contexto de desindustrialización.

Laplane comparó la economía de Brasil entre 2002 y 2012, en la que, si bien bajó la proporción de la manufactura sobre el PBI y en las exportaciones totales, señaló que, en términos absolutos, las exportaciones de manufactura brasileña pasaron de 33.000 millones de dólares en 2002 a 90.700 millones de dólares en 2012.

“Es una industria que creó tres millones de empleos en esos diez años. ¿Una industria que se desindustrializó creando tantos empleos, no es paradojal?”, preguntó y destacó el hecho de que en 2014 Brasil ocupaba el quinto lugar en empleo industrial en el mundo.

Sin embargo, el presidente del CGGE de Brasil reconoció que el país “nunca consiguió establecer bases productivas en las industrias más dinámicas y esas características no han cambiado en este período, pese al aumento del gasto público y privado en ciencia y tecnología”.

Laplane dijo que, más allá de la estrategia que se quiera implementar, es inevitable partir de las características de cada estructura productiva. “No se pueden esperar milagros y hay que tener un poco de humildad sobre la capacidad de inducción de nuestras políticas. Tanto sobre el volumen de recursos fiscales y privados que se pueden movilizar como del grado de legitimidad necesario para que estos recursos sean movilizados. No sirve hacer políticas de diseño perfecto si no hay plata. Y difícilmente haya dinero si no hay un reconocimiento por parte de actores sociales relevantes sobre el destino que se le quiere dar”, dijo.

Finalmente, se preguntó: ¿Tomaremos ciertas verdades reveladas sobre los procesos productivos o trataremos de diversificar la estructura productiva lo más posible? Difícilmente, por el tamaño y la diversidad de los desafíos, conseguiremos diseñar una política única para todas las situaciones. Si queremos tener políticas más potentes y legítimas, debemos pensar políticas de ciencia, tecnología e innovación que no sean para la industria ni para los científicos, sino para la salud, la educación y para mejorar la calidad de vida de la gente. Tal vez nos sea más fácil reindustrializarnos por ese camino que por otros”.

Planeta Azul: ¿Un Robot se va a quedar con mi trabajo?

En el mundo se discuten los alcances de la inteligencia artificial, que avanza como casi toda tecnología: si se puede hacer desde lo técnico, se hace, y después vemos qué efectos (negativos) tiene en las sociedades, en el mundo laboral y en la profundización de desigualdades.

Por eso, ciertas alarmas se encienden en los expertos ante logros e hitos varios. Más allá de los tecnofílicos, que piensan que todo será resuelto por los distintos artilugios, y de los temerosos extremos, se busca regular por un lado y prepararse por otro ante el mundo que arrasa (más o menos como siempre, pero distinto).

Dentro de los posibles arrasados está el mundo del trabajo, que se reconfigura a veces en silencio y a veces brutalmente. Ese tema fue el que se tocó en la mañana del segundo día (30 de noviembre) del seminario internacional “La CTI (ciencia, tecnología, innovación) como eje de nuevos paradigmas productivos”, en el auditorio del Centro Cultural de la Ciencia, en las ex bogedas Giol de Palermo, Buenos Aires.

Fabio Bertranou, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT/ONU), se preguntó cuál será el balance entre empleos creados y destruidos con la progresiva digitalización de la economía; y detalló la creciente cantidad de empleos atípicos (temporales, parciales, a través de subcontratos, con relaciones de trabajo ambiguas) que implican estos cambios. Lo que, advirtió, genera volatilidad, conflictos dentro de las empresas así como dificultades en la planificación familiar. Y terminó: “Con el modelo flexible, el trabajador parece que siempre debe estar disponible, lo que termina en más problemas de salud psico-social”.

Por su parte, el ruso Andrei Vazhnov, del Instituto Baikal, en un castellano excelente y con inflexiones del Río de la Plata, marcó que por ahora los robots hacen las cosas más difíciles (ecuaciones complejísimas) pero no lo que luce como más fácil (como jugar al fútbol). Por eso, en cierto sentido, los trabajos manuales y simples no están de momento en peligro. Pero sí contó de qué va la industria 4.0 que digitalizará procesos manufactureros tradicionales, y se refirió a las tecnologías que desaparecen (aunque siguen ahí): “¿Cuántos motores eléctricos hay en la vida de cada uno? Quizás cientos y no nos damos cuenta, son tecnologías que se tornan invisibles”, sostuvo. Hacia ese lugar se va con las computadoras que dejaremos de ver como tales y que seguirán ahí; desde sensores en plataformas petroleras hasta relojes que seguirán el ritmo cardíaco y llamarán a un desfibrilador, que puede venir en un dron, en caso de emergencia.

Por último, y desde el lado corporativo, Laura Converso y Tomás Castagnino, de la multinacional Accenture, plantearon la posibilidad de la convivencia de las tecnologías con humanos incluso en el mundo laboral. En ese sentido, contaron el caso de la start-up británica llamada Stitch fix que pasó de 200 a 1500 empleados pese a su digitalización.

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Foro de innovación: La ciencia, la tecnología y la innovación en el centro del debate sobre el futuro

Comenzó el Seminario Internacional “La CTI como eje de nuevos paradigmas productivos.

El ministro Barañao dio inicio al encuentro que busca reflexionar acerca del rol de la CTI frente a los desafíos del mundo a futuro.

El seminario continuará mañana con la presencia de destacados especialistas locales e internacionales.

Desafíos actuales para el desarrollo en la sociedad del conocimiento”, organizado por el Centro Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIECTI,) en el Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia (C3) de Palermo.

El encuentro continuará mañana a partir de las 10 horas, en Godoy Cruz 2270, CABA.

La apertura del encuentro estuvo a cargo del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, quien en referencia al seminario remarcó la “importancia que tienen este tipo de discusiones a fin de decidir qué va a hacer Argentina en la economía del futuro”.

El ministro compartió su visión acerca de los cambios que se produjeron en este campo en los últimos 60 años y la relevancia que fue tomando la llamada economía gris:

“Empezó a ser importante el capital humano y la capacidad de innovar, tendencia que se ha extendido y profundizado.

Este uso del cerebro, además, condujo a la economía verde que tiene que ver con la importancia de la sustentabilidad y que en términos recientes se convierte en la bioeconomía”, sostuvo.

“En este entorno es donde Argentina tiene ventajas comparativas muy importantes porque tiene cosas que no poseen otros países y que no son reemplazables como luz solar, terreno fértil, agua potable y un recurso decisivo: el humano”, agregó Barañao, quien, además informó sobre la inversión que realizó el MINCyT para fomentar la capacitación de recursos humanos y resaltó la importancia de los capitales externos para potenciar la inversión.

El titular del MINCyT estuvo acompañado por el presidente de la Comisión Directiva del CIECTI, Gustavo Lugones, y la directora general del Centro, Ruth Ladenheim, quien mostró satisfacción al afirmar que a un año de la constitución como Asociación Civil sin fines de lucro, “el CIECTI avanza en cumplir los objetivos: contribuir, nutrir y agregar valor al ciclo de políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación en el país”.

Durante el primer panel del día se abordó la reconfiguración socio institucional global y los desafíos que presenta para el desarrollo Latinoamericano; en este marco, el sociólogo alemán Boike Rehbein se refirió a la relación entre la estructura social y la desigualdad, y explicó que en un mundo multicéntrico como en el que vivimos, la pregunta que debe hacerse es cuál es la relación entre lo global y lo nacional.

Fernando Calderón, por su parte, brindó una charla sobre el desarrollo humano informacional sostenible en un contexto de ‘multi-crisis’; también se refirió a la importancia de la dignidad, la libertad y resaltó la necesidad de “una nueva mirada sobre la vinculación intrínseca y holística entre la naturaleza y el hombre en relación a la sustentabilidad y la degradación ambiental”.

Por la tarde, Gabriel Palma, de la Universidad de Cambridge; Jorge Katz, de la Universidad de Chile; y Mariano Laplane, del Centro de Gestión y Estudios Estratégicos (CGEE) de Brasil, disertaron sobre ciencia, tecnología e innovación y el cambio estructural en la región.

En este marco, se refirieron al desarrollo, a la industrialización y a las dificultades que ha tenido América Latina para sostener el crecimiento. Katz se refirió a la intensificación sobre los recursos natrales de las economías regionales y a la pérdida de terrenos de la industria manufacturera; “Si queremos tener políticas más potentes y legítimas, tenemos que pensar políticas de CTI que no sean para la industria ni para los industriales ni para los científicos; deben ser políticas que lleguen a la población: salud, educación y mejoras en la calidad de vida de la gente de nuestras ciudades”, afirmó Laplane al finalizar la jornada.

Mañana continuarán las ponencias que vinculan los cambios tecnológicos con los desafíos relacionados al empleo y la articulación entre las nuevas tecnologías con la educación; en dicho marco, expondrán destacados especialistas como Andrei Vazhov, del Instituto Baikal; Fabio Bertranou, de la OIT para el Cono Sur; Inés Dussel, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México; Nathan Holbert, de la Universidad de Columbia, entre otros.

La entrada es gratuita con inscripción previa de acuerdo a la capacidad de la sala.

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Canal-AR:  “El Estado debería entrenar a las personas para los trabajos futuros”

Un panel de especialistas en el futuro del trabajo frente al cambio tecnológico debatió durante un seminario internacional organizado en el Centro Cultural de la Ciencia (C3)

La era digital o la cuarta revolución industrial ya está en marcha y plantea un cambio profundo respecto a cómo trabajamos.  Ese fue el tema que abordó un panel de especialistas en “El futuro del trabajo frente al cambio tecnológico: un debate abierto”, en un seminario internacional organizado en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) de Palermo.

En el marco del encuentro, Fabio Bertranou, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), brindó un panorama sobre la situación actual de la región y lo que se espera en un futuro cercano en relación al creciente avance de la tecnología.

“Frente al impacto de la digitalización en el trabajo surgen tres preguntas: ¿Se crearán más o menos empleos que los que se perderán? ¿Cómo será el balance entre la calidad y las características de los empleos? y ¿Qué respuestas políticas habrá que dar para regular el trabajo y la formación de los trabajos que aparecerán?”, sostuvo.

En esta mesa dedicada al futuro del trabajo también participó Andrei Vazhnov, profesor de emprendedorismo en la UBA y autor de libros como “La Red de Todo: Internet de las Cosas y el Futuro de la Economía Conectada”.

“El futuro ya llegó pero no está equitativamente distribuido”, dijo el profesor, y agregó: “El Estado debería tomar el rol de entrenar a las personas para los trabajos futuros”.

La era de los activos intangibles

Por último, Laura Converso y Tomás Castagnino de Accenture Argentina, expusieron sobre las oportunidades y desafíos de la inteligencia artificial y subrayaron la importancia de nuevos valores como la innovación en la mundo laboral.

“En la era digital los activos físicos pierden relevancia, las que ganan son las empresas que se destacan por sus activos intangibles: la innovación, el diseño, los algoritmos y la creatividad”, aseguraron.

Y agregó Converso: “La oportunidad de la economía digital es potenciar el trabajo humano con la automatización, la innovación digital y la transformación del entorno laboral”.

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Ministerio de Ciencia: “¿Qué pasará con el empleo y la educación frente a los cambios tecnológicos?”

Esta fue la pregunta rectora de la segunda jornada del Seminario Internacional “La CTI como eje de nuevos paradigmas productivos. Desafíos actuales para el desarrollo en la sociedad del conocimiento”, organizado por el CIECTI en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) de Palermo.

La importancia del trabajo como mecanismo de inclusión y cohesión social, en relación a la identidad y la soberanía fue el tema vector de la charla que brindó Fabio Bertranou de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el panel “El futuro del trabajo frente al cambio tecnológico: un debate abierto” del Seminario Internacional “La CTI como eje de nuevos paradigmas productivos”, organizado por el Centro Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIECTI), durante ayer y hoy en el C3.

Bertranou brindó un panorama sobre la situación actual de la región y lo que se espera en un futuro cercano en relación al creciente avance de la tecnología. “Frente al impacto de la digitalización en el trabajo surgen tres preguntas: ¿Se crearán más o menos empleos que los que se perderán? ¿Cómo será el balance entre la calidad y las características de los empleos? y ¿Qué respuestas políticas habrá que dar para regular el trabajo y la formación de los trabajos que aparecerán?”, sostuvo.

En esta mesa, dedicada al futuro del trabajo en relación al avance de la tecnología, se realizaron importantes aportes en materia del impacto de la digitalización y la globalización en la polarización de los trabajos y el ingreso; y las bondades y problemas que generan las nuevas tecnologías. También expuso Andrei Vazhnov, quien en relación a la articulación entre empleo y tecnología afirmó que “el futuro ya llegó pero no está equitativamente distribuido”.

Por último, Laura Converso y Tomás Castagnino de Accenture Argentina, expusieron sobre las oportunidades y desafíos de la inteligencia artificial: “En la era digital los activos físicos pierden relevancia, las que ganan son las empresas que se destacan por sus activos intangibles: la innovación, el diseño, los algoritmos y la creatividad”, aseguraron. “La oportunidad de la economía digital es potenciar el trabajo humano con la automatización, la innovación digital y la transformación del entorno laboral”, agregó Converso.

Por la tarde se realizó el panel “Internet de las cosas y los desafíos en el campo de la educación”. Allí, la Dra. en Educación Inés Dussel dedicó su exposición a presentar los últimos avances tecnológicos en la educación y compartió su preocupación sobre el optimismo con el cual se perciben algunas tecnologías. En este sentido, expresó que en algunos casos se presenta una visión reduccionista del aprendizaje: “Como lo es la actual fascinación hacia la neurociencia como la mejor solución a los problemas educativos”.

Nathan Holbert, de la Universidad de Columbia, presentó sus estudios basados en democratización de la alfabetización computacional, entendida como “la utilización de la computación como herramienta, como un lente para comprender y comunicarse con el mundo”. A su turno, la directora del Centro de Innovación en Tecnología y Pedagogía (CITEP – UBA), Ángeles Soletic, se preguntó cómo las formas de enseñar y aprender cambian el mundo digital. En este marco, planteó tres escenarios de las nuevas tecnologías que empiezan a impactar en la educación universitaria: la fabricación digital, la realidad virtual e Internet de las cosas: “Estos desafíos nos llevan a asumir desafíos para repensar las prácticas y transformar la enseñanza, lo que nos obliga a reflexionar sobre el tiempo, el espacio, el currículum y la evaluación”, concluyó la especialista.

El cierre del encuentro estuvo a cargo de Pablo Angelelli del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) junto a Ruth Ladenheim, directora general del CIECTI, quien en referencia al Seminario afirmó que “la idea era abarcar en dos jornadas grandes aspectos de los cambios tecnológicos que atraviesan nuestra sociedad y que para nosotros son la base de una reflexión que nos permite abordar cualquiera de los estudios que el CIECTI realiza”.

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